Imagina una vivienda flexible, que se adapte a ti durante todas las etapas de tu vida, que facilite la conciliación laboral cuando tus hijos son pequeños y que te permita cierto grado de independencia asistida durante tu vejez.
La Borda es la primera cooperativa de vivienda en cesión de uso que construye un edificio nuevo hecho en CLT y hormigón, en un solar cedido durante 75 años por el Ayuntamiento de Barcelona. A cambio, la cooperativa paga un canon de 3.900 euros al consistorio. Además, La Borda es el edificio de madera más alto de España en la actualidad. Con todo, la cooperativa de arquitectos Lacol, que participó en el proyecto, recibió el premio Ciutat de Barcelona 2018 en la categoría de arquitectura y urbanismo.
©ArchDaily
Los habitantes de La Borda no son propietarios. Tampoco están de alquiler. La cesión de uso se trata de un modelo en el que la propiedad sobre la vivienda recae en la cooperativa y no en el inquilino. En este sentido, la cooperativa cede el uso del hogar a la persona que vive allí, aunque ésta no puede ni vender ni alquilar la casa a terceros. El objetivo es evitar la especulación sobre la vivienda.
©ArchDaily
Un complejo de 3.000 m2 construido a partir de una estructura de madera laminada cruzada española (CLT) y hormigón. Todas las unidades residenciales están organizadas alrededor de un patio central y debajo de un techo de policarbonato que actúa como invernadero, capturando la energía solar térmica durante el invierno y atrayendo ventilación adicional durante el verano.
©ccma.cat
La fachada orientada al norte de cuatro pisos del complejo está relativamente cerrada a la calle, mientras que la fachada sur de seis pisos, donde se encuentran la mayoría de los apartamentos, se caracteriza por puertas francesas y balcones de acero livianos para aprovechar al máximo el soleado clima catalán. En un movimiento sin precedentes (según los estándares de vivienda anteriores de Barcelona), y después de un largo proceso de persuadir a las autoridades locales, el desarrollo no tiene estacionamiento. Esto no solo ahorra un estimado de 500-800 toneladas de CO2 en el transcurso de los próximos 75 años del proyecto, sino que también ahorra una parte significativa del presupuesto de construcción que luego podría destinarse a financiar la estructura de madera.
Carles Baiges es arquitecto, sociólogo y vive en La Borda. “La vivienda es un derecho pero no se trata como tal, sino que se trata como un bien de consumo al que se le puede poner el precio que el mercado dicte y, por tanto, pierde su función social”, señala Baiges, que forma parte del grupo de personas que impulsó el proyecto.
©ArchDaily
Construir edificios sostenibles y tener una vida sostenible es posible en países con una comunidad consciente y solidaria como la uruguaya, y con una solidez institucional reconocida internacionalmente.
Fuentes: architectsjournal.co.uk – ArchDaily – www.laborda.coop